El tomate, antioxidante, nutritivo y medicinal
Casi imprescindible en una buena ensalada, el tomate contiene una gran cantidad de minerales, vitaminas y agua, por lo que resulta un excelente alimento para la primavera-verano, en donde necesitamos mayor cantidad de líquidos en nuestro cuerpo.
Entre sus principales beneficios destacamos que es muy bueno para la digestión, ya que contiene sales orgánicas ácidas, concretamente malatos y citratos. Es por esto también que no se recomienda en personas con cálculos renales.
El fruto del tomate tiene importantes propiedades nutritivas y medicinales, de las cuales se puede hacer uso para tratar o prevenir la aparición de algunas enfermedades, sobre todo por sus efectos antioxidantes, que lo convierten en un producto útil para prevenir la aparición de enfermedades degenerativas, como el cáncer y las cataratas.
Es por ello el consumo del tomate de manera regular ayudaría a prevenir estas dolencias, de igual forma las hojas de la planta del tomate tienen propiedades cicatrizantes y para aprovecharlas es necesario realizar infusiones con ellas, y se pueden aplicar sobre heridas superficiales para favorecer su cicatrización.
La pulpa del tomate puede ser utilizada para tonificar e hidratar la piel, principalmente del rostro y se conoce también que tiene propiedades depurativas e hipocolesterolemiantes, debido a esto se recomienda incluirlo en la dieta de las personas que presentan colesterol alto, pues además, su consumo sistemático ayuda a eliminar toxinas de nuestro organismo
Consumir de manera sistemática el tomate favorece la reducción de la presión arterial, estando totalmente recomendada para las personas que sufren de hipertensión.
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